Teniendo en cuenta que comenzar a leer para los más pequeños es una tarea costosa porque les requiere mucho esfuerzo, los padres, madres y profesores/as, tenemos que intentar buscar la fórmula adecuada para que consigan crear el hábito de la lectura de la manera más sencilla y agradable posible.
Y cómo cada niño/a es un mundo y nos gustan cosas diferentes y los recursos económicos también varían, podemos intentar probar con distintas alternativas hasta dar con la tecla adecuada, aunque por supuesto ponerlas todas en práctica, será sin duda el método más efectivo.
Estos son algunos de los puntos más importantes que debes tener en cuenta como adulto si quieres ayudar a los niños/as a crear hábito de lectura.
Elegir ellos mismos la lectura es un acto que les resulta divertido. Sentirse participes de la elección del álbum hace que se impliquen personalmente y que por lo tanto, acepten con mayor grado su posterior lectura.
Podemos llevarles a una librería, a la biblioteca de su ciudad/pueblo o colegio, a un centro comercial. Rodear a los pequeños de libros es abrirles puertas nuevas que deben conocer si queremos que el día de mañana generen el hábito. Por supuesto que existe la opción digital, pero en estas edades no la recomiendo, puesto que la experiencia que sienten ellos/as al adquirir la obra, es completamente ajena e impersonal.
Otra de las vías que podemos escoger cuando ya son algo mayores, al rededor de los 7-8 años de edad, es sugerirles diferentes tipos de lecturas. A estas edades buscan cuentos y libros con mucha ilustración pero ya se van decantando por los diferentes géneros: humor, suspense y misterio, ciencia ficción, deporte y aquí juegan un papel muy importante las colecciones.
Si conseguimos encontrar el tipo de historias que les gusten, conseguiremos que lean “toda” la colección. Las editoriales lo saben desde hace años y no cesan de publicar nuevas propuestas. Es el ejemplo de Los Futbolísimos, Jerónimo y Tea Stilton, El diario de Greg, Isadora Moon, El capitán calzoncillos o El pequeño dragón Coco por citar solo algunas de ellas.
Incluir actividades adicionales a la lectura no es una novedad, pero no por ello deja de ser un camino menos efectivo. Lo que sí es novedad es el tipo de actividades que encontramos hoy en día en el mercado.
Leer es una actividad sedentaria, pero si va acompañada de otras que no lo sean tanto y nuestros personajes favoritos las practican como por ejemplo la cocina, el deporte o el collage, puede ser una solución exitosa para conseguir que no pierdan interés y cumplan con el objetivo de terminar el libro. Ya que a estas edades mantenerse concentrados en una misma tarea durante un tiempo prolongado, les cuesta un triunfo.
Algo más reciente y que está siendo muy bien aceptado, son los audio-libros o audio-cuentos. Con ellos generamos un punto alto de interés en las historias, a través de locuciones profesionales con voces muy agradables, donde se respetan los tiempos de forma extraordinaria, consiguiendo mediante sonidos y efectos especiales, generar una atmósfera muy envolvente que hace que se sumerjan en la obra por completo. Habitualmente estos audio-cuentos vienen acompañados de libros de lectura.
Hoy en día en los centros escolares, colaborar con cuentacuentos días puntuales que presentan su obra y cuentan algún capítulo de su último libro, es una actividad muy común y efectiva.
Gracias a la cercanía con el autor, al interés que despierta su persona y las preguntas que pueden hacerle, logramos generar suficiente interés como para que los niños/as terminen de leer el libro en casa o en el aula ya que todo ello, hace que se comprometan en una escala mayor.
Del mismo modo funcionan las presentaciones de los libros en las ferias y librerías, habitualmente van acompañadas de talleres y sorpresas por parte de autores, ilustradores, editores y libreros/as, por lo que si los padres/madres queremos acercarnos a estos eventos con nuestros hijos/as, sin duda conseguiremos que la experiencia de leer, sea mucho más atractiva que como la podían percibir en un principio, impuesta como tarea escolar.
Para terminar, no debemos olvidarnos de una de las vías más importantes en esta misión. El factor espejo. Y esto si que es más viejo que el tebeo, lo sé, pero los niños/as nos toman a los adultos de su círculo más cercano como referentes, y practicarán aquello que vean en nosotros/as. Por lo tanto si un niño ve leer, él también leerá.
Irse a la cama y contarles un cuento crea un afecto y un vínculo que les encanta y que necesitan. Es un momento de intimidad donde se sienten escuchados/as. Cada tarde yo con mi hija juego a la biblioteca y durante media hora no se puede hablar, ni ver la tele en la sala, porque es el momento en que juntas nos ponemos a disfrutar de la lectura.
Hoy es el día, en que es ella quien me pide el momento biblioteca, cosa que me encanta y me anima a seguir practicando el hábito de la lectura.
Loreta Piruleta
Me gusta considerarme una persona "puente" como dijo una vez mi compañera ilustradora Karen Castilla. De las que comparten, suman, ayudan, conectan, aportan...
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